RUEDA DE PRENSA

Hay una canción de Alejandro Sanz titulada “Todo sigue igual” diciendo textualmente “y volviendo la mirada amigo, no consigues nada, no te separes, no hay motivo, todo sigue igual”. Es lo que pasa en Tenerife, desde hace casi cuarenta años, soportando unas colas molestas e inaguantables. Nada cambia, es como si el tiempo no pasara, sino que se mantuviera estancando o mejor dicho, atascado. La coyuntura actual es la cima del desgate personal, psicológico y somático, experimentado por miles de ciudadanos, con repercusiones directas en sus relaciones sociales, familiares y laborales. También, la economía se resiente de manera significativa, porque no hay ninguna capacidad de planificación a la hora del reparto de mercancías, intercambios de servicios o establecimiento de reuniones. La programación estratégica de cualquier actividad siempre está sujeta al retraso correspondiente, porque ya se sabe de antemano, que nunca se llegará a tiempo. Por lo que, los ciudadanos y empresarios, vivimos en una continua provisionalidad, incertidumbre alarmante y sobre todo, coléricamente, porque de ninguna manera, podemos seguir igual. La isla ya no soporta por más tiempo el inmovilismo viario.

Es evidente que Tenerife está parada. Las colas y los atascos imposibilitan cualquier movilidad fluida personal o empresarial. Está creando distorsiones peligrosas para la supervivencia de las empresas, principalmente pymes, microempresas y autónomos, con pérdidas millonarias añadidas en el sistema productivo insular.  Estamos así, por la inoperancia e ineptitud de la mayoría de los políticos de Tenerife,  dejadez, indolencia,  ineficacia, incluyendo a todos los partidos políticos, sin excepciones, claro está, algunos con mucha más culpabilidad que otros, por el tiempo en que han estado gobernando,  siendo incapaces de lidiar con la movilidad de manera eficiente, todo lo contrario o no han hecho nada o lo poco que se ha ejecutado no ha servido y también, por el obstruccionismo de los ecologistas folclóricos, una verdadera quinta columna, que se emperra en parar todo aquí y en mirar para otro lado, será por las gafas con cristales morados que no dejan ver bien, porque en el resto de las islas  hay demasiada laxitud, a la hora de la defensa del territorio y demás animales o vegetales catalogados como protegidos.

En el Archipiélago se ha ido cumpliendo bien, en tiempo y forma, las obras que venían especificadas en los distintos Convenios de Carreteras, firmados entre el Estado y la Comunidad Autónoma, con una gestión eficiente de ejecución de obra pública viaria, normalizada, terminada y disfrutada desde hace décadas, principalmente en Gran Canaria, donde han demostrado que hay que ejercer la política con la autoridad democrática que dan las urnas, es decir, que lo que hay que hacer se hace. Ha sido un ejemplo, de que cuando se quiere, se puede, poniendo los intereses generales de la isla por encima de las diferencias políticas, ideológicas o narcicismos exacerbados, que precisamente en nuestra isla pululan abundantemente.

Tenerife no arranca, ni a ralentí. Hay una evidente descoordinación interadministrativa entre las distintas Consejerías del Gobierno de Canarias, gobernadas por el mismo partido político, parecen rivales irreconciliables donde, por cierto, el Cabildo de Tenerife, parece que no cuenta para nada.  Lo que intenta adelantar y sacar adelante, en proyectos y licitaciones la Dirección General de Infraestructura Viaria de la Consejería de Obras Públicas, lo paraliza, parece que además con gusto, como siempre, la Consejería de Transición Ecológica, debido a una conocida enfermedad de rivalidades funcionariales, egos personales o antagonismos entre los Servicios Burocráticos correspondientes. Con ruedas de prensa propagandistas y vacías de contenido no se quitan las colas, sólo con la ejecución de la obra pública, todo lo demás es un canto al sol que ya conocemos desde hace cuatro décadas, sin frutos tangibles.

 

Oscar Izquierdo

Presidente de FEPECO

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